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Muerte

Texto de Carlos Fuentes (1928-2012), incluido en su libro titulado En esto creo, del que ofrecemos un fragmento a los lectores de La Jornada, con autorización del sello editorial Alfaguara

Carlos Fuentes

Carlos Fuentes en su estudio de San Jerónimo, 1986. Foto: Rogelio Cuéllar. Fuente: jornada.unam.mx

Cuando se trata de acompañar a la muerte, ¿cuál es el tiempo válido para la vida? Freud nos advierte que lo que no tiene vida existió con anterioridad a lo vivo. El fin de toda vida es la muerte, una reina todopoderosa que nos precedió y seguirá aquí cuando desaparezcamos. ¿Nos anunció antes de ser? ¿Nos recordará después de haber sido? O más bien, la nada que nos precedió y que nos seguirá, ¿sólo se vuelve consciente en tanto naturaleza, no en tanto nada, gracias a nuestro paso por la vida? La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es. La esperamos con grados diferentes de aceptación, de furia, de tristeza, de cuestionamiento, de arrepentimiento, de eso que Xavier Villaurrutia llamabanostalgia de la muerte. Hacemos el balance de nuestra vida, pero sabemos que el verdadero fiscal es la muerte y que su veredicto lo conocemos de antemano. Compañera final e inevitable. Pero ¿amiga o enemiga? Enemiga y, más que enemiga, rival, cuando nos arrebata a un ser amado. Qué injusta, qué maldita, qué cabrona es la muerte que no nos mata a nosotros, sino a los que amamos. Sin embargo, esa muerte enemiga es la que podemos vencer. A veces, en mis caminatas diarias por el viejo cementerio de Brompton en Londres, paso frente a un vasto terreno de cruces blancas. Contrastan con la elaboración suntuaria de la mayoría de los túmulos funerarios del camposanto. Son las sencillas cruces blancas de muchachos muertos en la primera guerra mundial. Leo sobrecogido las fechas de nacimiento y muerte. No he encontrado allí a un solo joven que haya rebasado los treinta años de edad. La muerte de un joven es la injusticia misma. En rebelión contra semejante crueldad, aprendemos por lo menos tres cosas. La primera es que al morir un joven, ya nada nos separa de la muerte. La segunda es saber que hay jóvenes que mueren para ser amados más. Y la tercera, que el muerto joven al que amamos está vivo porque el amor que nos unió sigue vivo en mi vida.

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José Emilio Pacheco: la República de las Letras vs. La República del Spot

Vicente Quirarte, José Emilio Pacheco y Carlos Fuentes en el homenaje realizado en Bellas Artes a Fernando Benítez. Foto: Sara Escobar. Fuente: milenio.com

Jenaro Villamil

El domingo se reunieron en el Palacio de Bellas Artes amigos, ex colaboradores y artistas plásticos para recordar el centenario del natalicio de Fernando Benítez, periodista, investigador y fundador de suplementos culturales que arroparon a toda una generación de escritores como Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Carlos Fuentes, entre muchos otros.

A riesgo de frustrar «mi ambición política de ser diputado suplente por Atlacomulco», José Emilio Pacheco, el poeta y recién galardonado Premio Cervantes de las Letras, expresó con tino y humor una reflexión que parece sintetizar el fondo de la polémica reciente por la incapacidad de Enrique Peña Nieto y de otros políticos por citar correctamente lecturas y autores:

«En general, la cultura ha vuelto a ser lo que era antes de Benítez: el patito feo, la paginita escondida entre las secciones de espectáculos. el resultado de esto no es sobre la literatura, es sobre la cultura y el pensamiento», sentenció para abrir boca.

«Nuca pensamos que se pudiera dar un Peña Nieto y es consecuencia de ese deterioro. Dicen sus defensores que qué importancia tiene que un candidato no lea, si él quiere ser presidente y no integrante de la Academia de la Lengua. Si no lee, no puede tener lenguaje, y si no tiene lenguaje, no puede pensar en los problemas del país», abundó el autor de Inventario, su columna imprescindible en la revista Proceso.

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Carlos Fuentes-Peña Nieto, el Candidato Nonato

Jenaro Villamil

Fuentes, en entrevista con la cadena británica BBC.

“Este señor tiene derecho a no leerme. Lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia. Eso es lo grave”.

Con esta frase, Carlos Fuentes, el novelista mexicano vivo más célebre a nivel internacional, descalificó en una extensa entrevista con la cadena televisiva británica BBC a Enrique Peña Nieto, la apuesta priista para retornar a la presidencia de la República que perdió en el 2000.

Fuentes, autor del libro La Silla del Aguila –cuya autoría Peña Nieto se la atribuyó a su acérrimo adversario intelectual, el historiador Enrique Krauze-, argumentó:

“Los problemas exigen a un hombre que pueda conversar como par con (Barack) Obama, Angela Merkel o (Nicolás) Sarkozy, y no es éste el hombre capaz de hacerlo”.

La descalificación de Fuentes es grave por tres razones fundamentales: el escritor es una voz autorizada a nivel internacional, en un plano similar al del reciente premio Nóbel de Literatura, Mario Vargas Llosa, o del mismo Gabriel García Márquez; refleja que “la torpeza” de Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara va más allá de la reacción en las redes sociales y tiene un costo en la opinión pública que está creciendo, en vez de aminorarse; Fuentes siempre ha tenido la extraña virtud como intelectual público de palomear o impulsar a figuras políticas en las últimas cuatro décadas y su voz tiene un peso entre esos mismos círculos que generan opinión pública.

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Responde Beltrones a Intelectuales en Contra de Spotización Electoral

Jenaro Villamil

Un día después que un grupo de intelectuales y ex dirigentes políticos le solicitaron al Senado que realizara una nueva reforma electoral para evitar la spotización de la contienda, el presidente de la cámara alta, Manlio Fabio Beltrones, les envió una carta convocándolos a “reunirnos a la brevedad” para “escuchar con detalle su propuesta y promover juntos una mejor comunicación entre candidatos y ciudadanos”.

El también coordinador de los senadores del PRI se comprometió a respaldar “la difusión, análisis y debate abierto” en el recinto parlamentario y reiteró “mi mayor interés por escuchar los argumentos que expresan en su carta”.

La respuesta de Beltrones está dirigida a Héctor Aguilar Camín, Miguel Alemán Velasco, Cauhtémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente, Carlos Fuentes, Enrique González Pedrero, Diego Valadés y José Woldenberg, quienes un día antes afirmaron que una de las consecuencias “perniciosas” de la reforma electoral de 2007 fue reducir la contienda electoral a un asunto de spots.

Los intelectuales expusieron que la distribución del tiempo de radio y televisión, de 20 y 30 segundos, sólo favoreció a una segmentación tal del mensaje político que “tendió a parecerse más a la de tipo comercial que a la deseable comunicación política. Se adelgazó el debate, los mensajes se transformaron en ‘comerciales’ y las posibilidades del análisis se redujeron hasta convertirse en simples frases ocurrentes”.

En su respuesta, Beltrones afirma que fue acertada la decisión de 2007, año de la reforma electoral impulsada en el Senado, donde los partidos acordaron fortalecer “el modelo de comunicación” en televisión y radio.