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Este es un reportaje original para este blog
En junio de 1999 el obispo coahuilense Carlos Talavera sostuvo una audiencia privada con el cardenal Joseph Ratzinger, cabeza de la poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe. Llevaba una extensa carta del sacerdote Alberto Athié, quien por recomendaciones del nuncio Justo Mullor, le expuso al actual papa Benedicto XVI su testimonio sobre el escándalo de los abusos sexuales cometidos por Marcial Maciel, fundador y guía de los Legionarios de Cristo.
“Lamentablemente –le respondió Ratzinger a Talavera después de leer la carta- no podemos abrir el caso del padre Maciel porque es una persona muy querida del santo padre Juan Pablo II y ha hecho mucho bien a la Iglesia”.