Marcelo y las Paradojas del “Equipo Compacto”

Jenaro Villamil

En la edición de enero-marzo de 1974, de la revista del Colegio de México,  Manuel Camacho Solís, publicó un ensayo revelador Poder: Estado o ‘Feudos Políticos’. El entonces profesor de Relaciones Internacionales no sólo hizo una severa crítica al “empirismo político” que ha dominado en la clase gobernante sino que proponía la creación de “un grupo dirigente, con fuerte cohesión interna” para lograr la toma del poder presidencial.

La principal tesis de Camacho fue la necesidad de formar “un grupo compacto, organizado, eficaz en cuanto claridad y capacidad de dirección. Si un grupo de esta naturaleza llegara a ocupar los centros neurálgicos del poder económico y político del Estado, se contaría con la cohesión necesaria para dirigir las acciones políticas de acuerdo a una línea fundamental” (1.-Camacho Solís, Manuel, Poder: Estado o Feudos Políticos, Revista del Colegio de México, enero-marzo 1974, pp. 335-336).

Tres años después que Camacho Solís publicara este ensayo, un joven proveniente del bachillerato de la Universidad La Salle se incorporó como uno de sus alumnos más destacados en el Colegio de México. Se trataba de Marcelo Ebrard Casaubón, el mayor de 7 hijos de ascendencia francesa, que pronto se convirtió en su inseparable acompañante.

Al amparo de la trayectoria del propio Camacho, amigo de la infancia de Carlos Salinas de Gortari, Marcelo Ebrard fue constituyendo su propio “grupo compacto” de acuerdo a las tesis que aprendió de su profesor y mentor político.

Con el paso de los años, Ebrard formó un subgrupo dentro del “grupo compacto” camachista. Junto con Camacho han estado académicos provenientes del Colegio de México o políticos tradicionales del PRI, como Alejandra Moreno Toscano, Enrique Márquez, Fernando Silva Nieto, Ignacio Marván y el propio Ebrard.

A partir del nombramiento de Manuel Camacho como subsecretario de Desarrollo Regional (1982-1986) en la Secretaría de Programación y Presupuesto, Ebrard inició su ascenso político-burocrático, reclutando a dos amigos suyos de la época lasallista: René Cervera García, considerado como “la conciencia” y el estratega de este equipo, y el urbanista Efraín De Gyves Betanzos, creador de la alerta sísmica, con quien Ebrard publicó en 1986 su ensayo Juegos y Decisiones en el Análisis Político, en el volumen de otoño de 1986 de la revista “Sociológica” de la Universidad Autónoma de México.

Cervera García y el finado De Gyves no sólo compartían con Ebrard la amistad desde la adolescencia. Los tres iniciaron sus pininos de analistas en la gaceta de La Salle. Los dos primeros estudiaron sociología en la UAM y acompañaron a Ebrard en su trayecto como asesor principal de Manuel Camacho.

El “Geniecillo de los Lentes”

En la Secretaría de Programación y Presupuesto, Camacho designó a Ebrard como asesor y posteriormente director de Programas Especiales y finalmente jefe de la Unidad de Información Documental.

En esta posición, Ebrard tenía contacto con Camacho y con otros políticos del grupo salinista en la SPP, especialmente con Patricio Chirinos, director general de Delegaciones (1982-1987) y con Carlos Rojas, subsecretario de Desarrollo Regional.

El “geniecillo de los lentes” llamaba Chirinos a Ebrard, según varios colaboradores que estuvieron en esa etapa en la SPP. Con Camacho, Chirinos y Rojas, Ebrard trabajó en el Programa de Reordenación del Río Coatzacoalcos, en Yucatán, y en el Programa de Reordenación Henequenera de Yucatán. De ahí vino la alianza entre Víctor Cervera Pacheco, el hombre fuerte durante varias décadas en la política yucateca, y Manuel Camacho Solís.

Con la encomienda de formar “un equipo de largo plazo”, Camacho le encargó a Ebrard la formación de un equipo de estudiantes de la Universidad Iberoamericana, del ITAM, de la UNAM y de la propia UAM.

En 1986, el presidente Miguel de la Madrid nombró  a Camacho secretario de Desarrollo Urbano y Ecología para hacer frente a la emergencia social provocada por el terremoto de 1985 en la Ciudad de México y como una posición clave a favor de su amigo y titular de la SPP, Carlos Salinas de Gortari.

En Sedue, Ebrard no sólo es coordinador de asesores de Camacho sino el artífice de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Medio y Ambiente, la primera legislación en materia ecológica que derivó en el polémico programa “Hoy no Circula”.

Ebrard también fue el interlocutor con los grupos de damnificados que se integraron en el Programa de Renovación Habitación Popular. Ahí Ebrard conoce a otra figura clave: el profesor René Bejarano, entonces dirigente de la Unión Popular Nueva Tenochtitlán, así como a decenas de grupos de ambulantes.

Camacho lo nombró director General de Gobierno del entonces Departamento del Distrito Federal (1988-1989), secretario General del PRI en el DF (1989-1991) y secretario de Gobierno del Distrito Federal (1992-1993), con una encomienda estratégica: recuperar política y electoralmente la Ciudad de México que el PRI y Salinas de Gortari perdieron en las elecciones federales de 1988, y preparar la nominación del propio Camacho como sucesor de Salinas en 1994.

La Diplomacia Tras las Sotanas

Ebrard no sólo fue un operador para asuntos políticos en la Ciudad de México.  Realizó una encomienda especial: elaborar el estudio jurídico para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y El Vaticano y para la reforma al artículo 130 Constitucional.

Para lograrlo, Ebrard contó no sólo con la asesoría de antiguos profesores del Colegio de México, como el doctor Rafael Segovia, sino también con los buenos oficios de Enrique González Torres, provincial de la Compañía de Jesús, quien se convirtió en un interlocutor discreto y eficaz entre el gobierno salinista y El Vaticano.

A raíz del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993, Ebrard y Camacho cumplieron con otra misión especial, encargada por Carlos Salinas: aminorar el impacto negativo de este crimen, en vísperas de la visita que realizó en agosto de 1993 el papa Juan Pablo II a México.

En sus memorias, México, un Paso Difícil a la Modernidad, Salinas rememora que en esa época “ya estaba vigente la reforma al artículo 130 de la Constitución Política, promulgada el 28 de enero de 1992. Las iglesias ya tenían personalidad jurídica y se habían reanudado las relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Por ello, en esta ocasión, el Papa fue recibido con el protocolo que correspondía a los Jefes de Estado; incluidas las veintuna salvas en su honor”.

Salinas afirma que durante la plática que él sostuvo con Juan Pablo II en el Palacio del Gobierno del Estado de Yucatán se refirieron a la muerte de Posadas Ocampo. El ex mandatario recordó que el pontífice católico estaba bien informado por los representantes de la Iglesia católica y “me expresó su satisfacción por la seriedad y responsabilidad de quienes habían llevado a cabo las indagaciones en relación con los hechos en que perdieron la vida un grupo de mexicanos, incluido el cardenal Posadas Ocampo” (2, Salinas de Gortari, Carlos, México, un Paso Difícil a la Modernidad, p. 282).

El ex mandatario no lo reconoce, pero dos figuras importantes para aminorar el impacto negativo del crimen del cardenal en las relaciones con El Vaticano fueron Manuel Camacho y, especialmente, Marcelo Ebrard. Testigos y participantes de esas operaciones recuerdan los diálogos que Ebrard sostuvo con Enrique González Torres, actual rector de la Universidad Iberoamericana.

Lo paradójico de esta historia es que quince años después, el enfrentamiento más severo de Ebrard como jefe de Gobierno capitalino ha sido con la cúpula eclesiástica en México, especialmente con el sucesor de Posadas Ocampo, Juan Sandoval Iñiguez, y con el cardenal Norberto Rivera, a raíz de la aprobación del matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Sandoval Iñiguez acusó el año pasado a Ebrard de “maicear” a los ministros de la Suprema Corte de Justicia por validar constitucionalmente los matrimonios entre parejas del mismo sexo. Todavía en enero de 2011, el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, calificó de “talibán” a Ebrard.

Los buenos oficios que sirvieron en 1993 para distender las relaciones con El Vaticano no han funcionado frente a la ira eclesiástica por las leyes aprobadas a favor de los matrimonios del mismo sexo y la posibilidad de adopción. En este tema trabaja el principal asesor de Ebrard: René Cervera García.

René Cervera, el Máster

El 30 de julio de 2010, Marcelo Ebrard anunció la creación de la Fundación Equipo y Progreso. Y nombró para encabezarla a su viejo amigo, colaborador y principal asesor, René Cervera García.

En la prensa capitalina se especuló que la salida de Cervera García, jefe de la oficina de la Jefatura de Gobierno, representaba una derrota para este personaje conocido como El Máster, por sus constantes roces con otros integrantes del gabinete de Ebrard.

Quienes conocen la historia de la relación entre Cervera García y Ebrard, subrayan que la El Máster sigue jugando un papel fundamental en el “equipo compacto” del actual Jefe de Gobierno.

Sociólogo de formación, con posgrados en Planeación Social y en Historia , Cervera García es especialista en realizar estudios, investigaciones y análisis para crear escenarios de prospectiva política.

“Nuestras propuestas están dirigidas a dar una visión de futuro”, afirmó el 30 de septiembre cuando presentó formalmente la Fundación Equidad y Progreso en la Casa de la Bola. Anunció que creará más de 600 proyectos de gobernabilidad y diseñará no sólo un posible programa de gobierno nacional sino estructurará una red de cuadros políticos y académicos para Ebrard. Justo lo mismo que hizo Ebrard con Camacho.

La eficacia de René García se demostró cuando desde los tiempos de Camacho como regente capitalino él asesoró y fomentó a los grupos medioambientalistas para fundar lo que sería el Partido Verde Ecologista.

“René animaba las reuniones que se hicieron en el Hemiciclo a Juárez, a principios de los noventa”, recuerda Mario Vargas, ex integrante de aquel primer partido.

La plataforma del Partido Verde le sirvió al propio Ebrard y a Camacho para el proyecto de otro partido, el del Centro Democrático, creado en 1999, en vísperas de la sucesión presidencial del 2000. Ese año, Ebrard declinó como candidato a Jefe de Gobierno a favor de Andrés Manuel López Obrador y se integró con su “grupo compacto” al proyecto lopezobradorista.

Doce años después, la historia coloca a Ebrard y López Obrador en una discreta confrontación por la nominación presidencial del 2012. Ante la posibilidad de una ruptura, René Cervera afirmó tajante en entrevista con Excélsior , en noviembre de 2010:

“Ir divididos sería un suicidio para las fuerzas progresistas. Vamos en la misma ruta: la unidad”.

 

5 Respuestas a “Marcelo y las Paradojas del “Equipo Compacto”

  1. María Raquel Muñoz Pérez

    Muy interesante esta cronología que nos presentas sobre Salinas, Camacho, Ebrard y asociados.

  2. esta muy disgregado y disperso ese»grupo y subgrupo compacto» si estuviera integrado mexico y el df ganarian esta improvisado todo en todas partes del aparato estatal carecemos de grupos compactos solo hay pequeños individuos adoradores del altar del poder que van por lo «suyo» sin importarles Mexico ni los Mexicanos son simples pillos disfrazados de «servidores publicos» QDN Agarre Confesados, cuando sin grupos compactos lleguen los delincuentes organizados

  3. Estimado Jenaro:
    Es indiscutible la relación Camacho-Ebrard, pero también existe la de Salinas con Camacho, a quienes considero tienen mucho que ver en la realización de «la compra» que del PRD chuchista llevó a cabo Salinas con el propósito inicial de imponer a calderón en el 2006, a lo que recientemente siguió -tambien tramado por Salinas- el apareamiento del «camachuchismo» con un PAN (totalmente controlado por calderón) para el triunfo de figuras priístas en Sinaloa y Puebla, y de Gabino Cué en Oaxaca, con la importante pero indiscutiblemente bien intencionada colaboración de AMLO.

    Como conclusión de tamaño enredo, solo me queda claro que el único y verdadero grupo «compacto» en México es el controlado por Carlos Salinas de Gortari, (y del que, queriendo o sin querer, todo indica que Marcelo Ebrard forma parte), el cual tiene como objetivo fundamental el impedir, a como de lugar, la llegada de Andrés Manuél López Obrador al poder. Como me gustaría estar equivocado……… Saludos,

  4. Quisiera anotar dos precisiones. En primer lugar, Manuel Camacho no fue profesor de «Relaciones Internacionales», sino de «Historia de las Ideas Políticas», sí, en la carrera de Relaciones Internacionales. Por otro lado, la revista a la que se refiere el autor de este documento como aquella en la que salió ese artículo del profesor Camacho que, en aquel entonces, solía ser muy productivo como investigador, no se llama «Revista del Colegio de México». No existe una publicación con ese título. Así como El Colegio de México está formado por varios centros de estudio, cada centro tiene su publicación periódica correspondiente. El Centro de Estudios Internacionales tiene la suya, fundada en 1960 por Daniel Cosío Villegas y se llama «Foro Internacional». Fue allí donde se publicó el artículo señalado.

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