Jenaro Villamil
El consumo es una necesidad humana, pero el “consumismo es un producto social, no un veredicto innegociable de la evoluciónbiológica”, sentenció Zygmunt Bauman, el famoso sociólogo autor de la tesis de laSociedad Líquida, en una de sus 44 Cartas Desde el Mundo Líquido, recién compilada por Editorial Paidós.
Bauman describe en varias de estas cartas lo que ahora está a todas luces presente en los supermercados, en las plazas comerciales omalls, en la calles de todas las ciudades mexicanas, en los sitios online transformados en grandes vitrinas comerciales o en los mismos medios masivos: una angustia tremenda que como describió Sigmund Freud hace más de ochenta años en El Malestar en la Cultura. Es la angustia de apropiarnos de algo de este mundo, consumirlo, comprarlo, como una extensión de un narcicismo tan infantil como los cuentos de Santa Clos, el gordito que se viste con los mismos colores de la Coca-Cola, el Marlboro o el McDonalds.
“Salir de compras” es la expresión más usual en estos días. Y Bauman tiene el acierto de describir estos grandes y ostentosos centros comerciales como las nuevas farmacias del mundo líquido,independientemente si venden o no fármacos a los clientes.
“Al margen de los restantes usos aparentes de los productos en venta, la mayor parte de éstos sonmedicamentos (o al menos eso se sugiere o se imagina). La obtención de tales productos y su consumo son actos a los que se les atribuye la capacidad de aplacar molestias o dolores que, de otro modo, se enconarían”, describe el profesor emérito de la Universidad de Leeds.