Por Jenaro Villamil
Al filo de la medianoche y tras una discusión de 12 horas, con una histórica presencia de los 128 legisladores que integran la Cámara alta, el Senado de la República regresó la minuta de la reforma laboral a la Cámara de Diputados, luego de incorporar ocho cambios, incluyendo el respaldo unánime de todas las bancadas a las reservas de los artículos 364 y 365 bis para dejar claro que el registro de los sindicatos sea público y bajo los principios de legalidad, transparencia, certeza, gratuidad, inmediatez y respeto a la autonomía y democracia sindicales.
Ante la posibilidad de quedarse atrás frente a la presión generada por las bancadas del PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano e, incluso, del Panal, que insistieron en incorporar, los senadores del PRI se sumaron a aprobar estos cambios. Al hacerlo, automáticamente la minuta tenía que regresar a la Cámara de Diputados y tuvieron que romper así el “empate” que un día antes se generó en comisiones sobre este tema.
La alianza de las bancadas del PAN y del PRD confirmaron su mayoría en 6 modificaciones en las cuales el PRI y sus aliados del PVEM y Panal no estaban de acuerdo. El Revolucionario Institucional tuvo que aceptar que la minuta retornara a la Cámara de Diputados.
El otro cambio polémico que incorporaron a la minuta fue al artículo 371, con el propósito de que la elección de las dirigencias sindicales sean mediante voto libre, directo y secreto. Estas modificaciones se aprobaron con 67 votos a favor del PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, partido vinculado a Elba Esther Gordillo, quien el fin de semana se reeligió a mano alzada como líder del SNTE. Hubo 61 votos en contra del PRI y del Partido Verde.