1.-Tanto talento para guionista de películas de terror, al estilo Juan Orol, y apenas acabamos de descubrir a Alejandro Poiré, secretario de Gobernación, en su mejor papel en el sexenio.
“-¿Fue necesario darle ese palazo al avispero?
“-No fue así, sino exactamente lo contrario (¿El avispero le dio a los palos?, la R. confundida). Es como si hubiéramos entrado en una casa y nos hubiéramos dado cuenta de que los cimientos estaban verdaderamente infestados de ratas (¡Qué mala onda es con los colegas del sexenio anterior!, la R. suspicaz). Y es que esas ratas no estaban en los cimientos, sino que de pronto nos salían de las puertas, se nos aparecían en las camas, en el clóset, en la cocina y cuando abríamos un refrigerador ya se lo habían comido todo (¡Por favor, no llamen al psicoanalista!, esta descripción es prodigiosa y no requiere de terapeuta, la R. en suspenso). Ya estaban ahí (las ratas, but of course), durmiendo encima de ellos. Las ratas no se iban a ir nada más porque sí. Teníamos que asegurarnos de debilitar a los grupos de delincuentes y reconstruir los cimientos.
(Entrevista con Fabiola Martínez, La Jornada, 12-noviembre-2012, p. 5).