Texto original de la revista Zocalo, edición noviembre 2012.
Jenaro Villamil
En 2010, un joven amigo me propuso hacer un blog y abrir una cuenta personal en Twitter. Me argumentó que el futuro era el periodismo en redes sociales y que mi trabajo en relación con los medios de comunicación podía ganar en vitalidad si me incorporaba a esta ola que, para entonces, ya no era tan nueva.
En ese momento, tenía 20 años de trabajo profesional en medios impresos. Pertenecía a la galaxia de Guttemberg y desde que edité, a los 17 años, un periódico estudiantil impreso en mimeógrafo, no pensaba que las redes sociales podían generar el mismo atractivo para quien estaba acostumbrado a los medios impresos.
En ese año, los blogs ya eran un éxito, sobre todo, en Estados Unidos. En ese país, en 2001 aparecieron los llamados “ciberdiarios”, “bitácoras digitales” o “weblog” más populares. El sitio www.mediachannel.org se convirtió en un blog de blogs importantes para encontrar información alternativa frente a la ola de neoimperialismo surgida tras los atentados a las Torres Gemelas el 11 de septiembre.