Jenaro Villamil

Dolores Padierna y Jesús Zambrano celebran su designación como dirigentes del PRD (Cuartoscuro). Imagen: http://mexico.cnn.com/
La anunciada ruptura o divorcio en el seno del Partido de la Revolución Democrática finalmente no se dio y, fieles a su historia reciente, los principales grupos que tienen el control de la estructura del principal partido de izquierda mexicano decidieron optar por un matrimonio forzoso entre las dos corrientes antagónicas: los Chuchos o la Nueva Izquierda, y el G-8 o Los Bejaranos. En medio de ellos, como bisagra, se configuró un tercer grupo encabezado y apoyado por el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
La dirección finalmente se distribuyó entre Jesús Zambrano, ex militante de la izquierda guerrillera en los setentas que se transformó en el segundo líder de Nueva Izquierda, y Dolores Padierna, militante de la izquierda social en el Distrito Federal, esposa de René Bejarano y ex delegada de la colonia Cuauhtémoc. El tercer candidato, Armando Ríos Pitter, diputado federal, guerrerense y recién militante del PRD, se quedó en tercer lugar tras una negociación que lo puede convertir en el coordinador de los legisladores del PRD, en lugar de Alejandro Encinas.
La reunión del Consejo Nacional del PRD que definió la fórmula de la presidencia y la secretaría general para los siguientes dos años se prolongó durante todo el domingo 20 de marzo, el mismo día que Andrés Manuel López Obrador, el principal dirigente de masas surgido del PRD presentó en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México su proyecto alterno de nación.