Javier Corral
EL UNIVERSAL convocó a diversos actores relacionados con el sector de la radiodifusión y las telecomunicaciones a un diálogo sobre las posibilidades de una tercera cadena de televisión abierta y las características que debiera tener el proceso licitatorio. Estuvo, como siempre, puesto y dispuesto al debate el presidente de la Cofetel, Mony de Swaan, y su equipo de asesores. Gabriel Sosa Plata representó el punto de vista académico e Irene Levy, el de la sociedad civil organizada —e informada —, sobre el tema. Me tocó colocar una mirada más política, y también vinculada con mi rol actual, el ángulo legislativo.
Sostuve que debiéramos apoyar con absoluta resolución la decisión de liberar el espectro para radiodifusión del largo secuestro en que el duopolio de la televisión comercial lo ha mantenido durante décadas. Que no sólo se trata de una tercera cadena, sino que en función de la disponibilidad real de espectro debiéramos hablar de una tercera, cuarta y hasta quinta cadenas nacionales, y varias de carácter regional que redunden no sólo en una mayor competencia, sino que reflejen la pluralidad y diversidad de nación que somos.

Dije que espero se concrete esa voluntad, pues las mayores afectaciones que produce la enorme concentración existente en el mercado de la televisión es política, social y cultural.
De venir, y para que realmente produzca competencia, dos acciones son ineludibles a los reguladores en la materia, y para el mismo Presidente de la república —que a final de cuentas deberá firmar o no el título de concesión por más exclusiva que sea para Cofetel—:
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