Jenaro Villamil
Los resultados de este domingo 30 de enero en la elección de Guerrero vienen precedidos de todos los ingredientes que anticipan lo que sucederá este 2011 en las otros comicios, especialmente, en el Estado de México: guerra de encuestas; filtraciones de audioescándalos a la televisión y también de declaraciones de supuestos testigos protegidos; campaña de rumores; narcomantas para acusar a los dos principales candidatos; ediciones apócrifas de periódicos como el de La Jornada y, sobre todo, el despliegue de operadores electorales y mediáticos de los principales precandidatos presidenciales involucrados (desde Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, por el PRI aparentemente unido, hasta de Marcelo Ebrard, por el PRD, y Gustavo Madero, recién estrenado dirigente nacional del PAN).
Todos estos ingredientes y más configuran lo que es una auténtica “guerra sucia” mediático-electoral. Y sus ingredientes apuntan a la posible anulación de los comicios en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a menos que la distancia entre alguno de los dos posibles ganadores –Angel Aguirre Rivero o Manuel Añorve- sea lo suficientemente holgada –más de 10 puntos porcentuales- para frenar la larga disputa poselectoral.
En Guerrero se acentuó lo que vimos en los comicios de 2010. Recordemos que de las 12 elecciones estatales del año pasado, en tres de ellas se utilizó el audioescándalo para involucrar a tres gobernadores salientes: Fidel Herrera (Veracruz), Mario Marín (Puebla) y Ulises Ruiz (Oaxaca) para acreditar operaciones desde los gobiernos a favor de los candidatos priistas. En Puebla y Oaxaca perdieron los candidatos del PRI frente a coaliciones opositoras encabezadas por expriistas y en Veracruz, la victoria del candidato del PRI estuvo a punto de fracasar frente a otro ex priista y aliado de Elba Esther Gordillo y del calderonismo (Miguel Angel Yunes). En Sinaloa, donde también ganó otro ex priista (Mario López Valdés, Malova) frente al candidato oficial del PRI la disputa se precedió por filtraciones a la prensa de relaciones con el narcotráfico tanto contra el gobernador saliente, Jesús Vizcarra, como Malova.