Jenaro Villamil

Los manifestantes corean: "Estas son, nuestras armas" en la Plaza del Sol de Madrid, el 19 de mayo de 2011. Foto: REUTERS. Imagen: http://www.cadenaser.com/
Del 15 al 20 de mayo el kilómetro cero de la Plaza del Sol pasó de ser el centro de reunión de la famosa “marcha” madrileña a convertirse en el epicentro de una nueva movilización social que tomó desprevenidos a los partidos políticos de España, a los medios tradicionales, a la academia y a la intelectualidad y a las grandes centrales sindicales. Para algunos periódicos europeos y cadenas televisivas como CNN o BBC se trata de una Spanish Revolution.
Algunos advierten que se trata del “contagio” de las movilizaciones árabes que derrocaron los gobiernos de Túnez y Egipto, mientras otros ven similitudes en esta movilización convocada a través de las redes sociales con las famosas jornadas de marzo de 2004 que desembocaron en un vuelco electoral y la sorprendente victoria de José Rodríguez Zapatero, del PSOE. En aquella época, pudo más la indignación del electorado frente a la burda maniobra del gobierno Aznar para responsabilizar a ETA de los atentados en Atocha, responsabilidad finalmente de Al Qaeda.
Los actuales comunicados de la red cibernética Democracia Real Ya, formada hace tres meses, y de las páginas de Facebook “Toma la Calle 15-05-11”, así como las redes de Anonimous y otros ciberactivistas españoles, nos damos cuenta que más que un contagio de las movilizaciones árabes o una réplica del 11-M de 2004, asistimos al resurgimiento de una cultura española de movilización, con profundas raíces en el anarquismo, en los republicanos de los años treinta y en los grupos afines al altermundismo, formados al margen de los partidos y de las corporaciones tradicionales.