Jenaro Villamil
La provocación dio resultado. En una reunión “privada” con más de 800 consejeros de Banamex, Felipe Calderón se subió al ring de la guerra de las encuestas para el 2012. No fue una casualidad. Menos se podía pensar que ante tantos asistentes no trascendiera lo que el primer mandatario dijo. Mucho menos si después de su presencia iban a estar los tres candidatos punteros (Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador). A Quadri no lo invitaron, quizá, porque aún no tienen el “gusto” de conocerlo.
Calderón citó una encuesta realizada por la propia Presidencia de la República para acreditar que Peña Nieto “se aplanó” y ha ido disminuyendo en los sondeos de opinión, mientras que Josefina Vázquez Mota, recién electa candidata del PAN, ha ido subiendo y se encuentra a 4 puntos de distancia del ex mandatario mexiquense, y el aspirante de la izquierda, López Obrador, está en un lejano tercer lugar.
Fiel a su estilo, Calderón escondió la mano después de lanzar la provocación. Un comunicado de Los Pinos, que no tiene desperdicio, señala que el actual mandatario participó en el encuentro de Bamanex para exponer que “México cuenta con una democracia vigorosa en la que se vive una real división de poderes, con absoluta libertad de prensa (sic), de reunión y de manifestación”.
Los reporteros institucionales de la presidencia, anónimos por supuesto, le agregaron al boletín: