Jenaro Villamil

Rechazo total. Trabajadores del diario español se oponen afuera de las instalaciones en Madrid. Foto: REUTERS
Con más del 92 por ciento del voto de los trabajadores, el rotativo español El País se fue a la huelga el 6, 7 y 8 de noviembre. La edición de este periódico emblemático de una etapa del cambio en España y en la prensa hispanoamericana no dejó de salir a la calle. La empresa les hizo a los trabajadores una contrapropuesta que fue rechazada por 207 votos, contra 137 el 9 de noviembre. En el ejemplar que circuló este sábado 10 de noviembre la dirección editorial informó:
“Con el rechazo de esta última oferta de la empresa se cierra un mes de plazo legal de consultas y negociación durante el que ha sido imposible conciliar posiciones. A lo largo de este tiempo, los trabajadores han llevado a cabo medidas de presión para intentar que la empresa renunciara al ERE (Expediente de Regulación del Empleo, en castellano, medidas para despedir al personal). Entre ellas, la retirada de firmas por parte de un grupo de redactores y una huelga de tres días consecutivos, seguida por el 77 por ciento de la plantilla. Pese al paro, el periódico se distribuyó con normalidad y la edición digital funcionó sin incidencias reseñables”.
¿Incidencias reseñables? El lenguaje de la empresa no parece coincidir con la idea que muchos lectores tuvimos de El País durante algunos años: ser el “buque-insignia” de un periodismo de tinte socialdemócrata, más preocupado por los contenidos que por las imágenes, impulsor de los derechos y de ciertas causas progresistas.