Jenaro Villamil
Primera parte del reportaje publicado originalmente en Proceso No. 1906.
Sobrevendido en la administración de Felipe Calderón como el nuevo “tesoro del mar”, el proyecto de Pemex para extraer hidrocarburos en aguas profundas no ha arrojado un solo barril de petróleo, ha beneficiado a un puñado de empresas que cobran medio millón de dólares diarios a la paraestatal tan sólo por la renta de las plataformas y existe poca claridad frente a las medidas de seguridad y mitigación de riesgos que la paraestatal debe adoptar.
La exploración en aguas profundas de Pemex ha resultado “más cara, más riesgosa y menos transparente”, concluye un informe de 71 cuartillas, elaborado por la organización ambientalista Greenpeace para investigar posibles derrames y medidas de seguridad adoptadas por la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y Pemex.