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Elecciones EU, un hogar dividido

Jenaro Villamil

A las 22 horas de Ciudad de México, la cadena pública norteamericana PBS proyectó 249 votos electorales para Barack Obama, contra 206 para su contendiente Mitt Romney, de un total de 270 votos como mínimo para garantizar la reelección o la derrota del actual mandatario estadounidense. A esa misma hora, Romney tenía contabilizado 171 votos frente a 148 de Obama y la amplia posibilidad de que el demócrata ganara en Florida, bastión de los Bush.

En las redes sociales el Trending Topic seguía siendo #Elections2012 y #Ohio, entidad mítica que con sus 18 votos podría darle la ventaja definitiva al demócrata, según pronosticaron la mayoría de los analistas y comentaristas mediáticos.

A pesar de la cerrada contienda, todo parece indicar que Obama repetirá en la Casa Blanca en una carrera muy accidentada por la reelección o el retorno de los republicanos. La lectura más profunda no se reduce a esta especie de final de SuperBowl con que los medios masivos nos han acostumbrado a cubrir la “final” de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Aún ganando Obama, la nación más poderosa del planeta –en términos geopolíticos, militares y de sociedad de consumo-, seguirá siendo la nación más dividida.

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#Otras elecciones en Estados Unidos

Por Jenaro Villamil

Fuente: La Jornada

Este 6 de noviembre no sólo se realizará un referéndum a favor de la permanencia de Barak Obama o de su relevo por Mitt Romney en la presidencia de la República de Estados Unidos. Más de 170 temas de los asuntos domésticos más importantes de la nación americana se resolverán en elecciones concurrentes.

Desde la legalización del matrimonio de parejas del mismo sexo en cuatro entidades, hasta la suspensión de la pena capital en California o la legalización del consumo y distribución de la mariguana, incluyendo el polarizante tema del aborto, los comicios de este martes constituyen también un referéndum sobre los avances o retrocesos de una sociedad liberal-conservadora (valga la paradoja) como lo es la norteamericana.

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Encuesta de la semana

Campaña publicitaria contra el odio escandaliza al mundo

The Independent, Afp y Reuters
Periódico La Jornada
Jueves 17 de noviembre de 2011, p. 2

El grupo textil italiano provocó una nueva polémica al difundir fotomontajes publicitarios en los que se besan el estadunidense Barack Obama y el venezolano Hugo Chávez; el palestino Mahmoud Abbas y el israelí Benjamin Netanyahu (abajo), así como el papa Benedicto XVI y el imán de la mezquita egipcia de Al Azhar, Ahmed el Tayeb. También figuran la alemana Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, y los líderes de las Coreas del Norte y del Sur, Kim Jong Il y Myung Bak, respectivamente. La fotografía en la que aparece el pontífice fue retirada tras la protesta del Vaticano. Fuente: jornada.unam.mx

París, 16 de noviembre. El papa Benedicto XVI besa al jeque de la mezquita de Al Azhar. Pero es el presidente estadunidense, Barack Obama, quien parece ser el más cotizado en la campaña contra el odio a la que hoy se sumó Benetton, al aparecer en un anuncio besándose con su par venezolano Hugo Chávez, y en otro con el líder chino, Hu Jintao, en imágenes logradas gracias a fotomontajes.

En el universo Benetton, y en la única pareja de sexos opuestos que aparecen besándose figuran la canciller federal alemana, Angela Merkel, con el presidente francés, Nicolas Sarkozy. También son mostrados intercambiando ósculos el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con el presidente palestino, Mahmoud Abbas; los líderes de Corea del Norte y del Sur, Kim Jong-il y Myung Bak, respectivamente.

La empresa italiana de ropa Benetton, con la esperanza de volver a escandalizar al mundo y recuperar sus recientes pérdidas en el sector de la moda, reveló este miércoles una campaña contra el odio, que consiste en una polémica serie fotográfica.

Por lo pronto, ante presiones del Vaticano, el anuncio en que aparecían el Papa y el imán fue retirado de la serie de imágenes prohibidas por Sunday Times, Internacional Herald Tribune y The Guardian.

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Un Mes de Ocupa Wall Street y su Impacto en EU

Jenaro Villamil

Los más escépticos no le daban ni una semana de vida. Los grandes medios norteamericanos apenas hacían referencia a ellos. Eran una excentricidad. Menos de 100 personas en el corazón financiero de Nueva York. Sus consignas se concentraban en la crítica contra el sistema financiero norteamericano y global.

Ahora, los impulsores del movimiento Ocupa Wall Street han logrado el primer mes de movilización, se han extendido a otras 60 ciudades norteamericanas y han llamado la atención del propio presidente estadounidense Barak Obama, quien hizo referencia a ellos hace dos días durante una rueda de prensa. También activistas y personajes de fuerte presencia mediática han empeñado su prestigio y su presencia en los campamentos para despertar el interés informativo que los manifestantes no tenían.

Por ejemplo, la actriz Susan Sarandon, laureada con el Oscar, parte del star systemnorteamericano, no evadió la invitación que un activista de origen español le hizo hace dos semanas, cuando iniciaba el plantón frente a Wall Street y acudió a manifestar su solidaridad con los “indignados” estadounidenses.

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Los Indignados, Obama y la Soberbia del Dinero

Tercer Apunte

Jenaro Villami

Vista aérea de la más reciente marcha de Ocupa Wall Street. Fuente: http://abcnews.go.com

BARCELONA, España.-Paradojas de los nuevos tiempos de la interconexión: millones de usuarios de las redes sociales le rinden un homenaje póstumo a Steve Jobs, el fantástico empresario que hizo del “diseño emocional” una forma de consumo, mientras en las calles de Nueva York, Boston, Chicago, Nuevo Orleáns, Los Angeles, San Francisco y Seattle crece el movimiento de Ocupa Wall Street, las indignados que han cruzado el Atlántico para protestar contra esa sociedad de consumo que los ha arrojado del paraíso.

El presidente norteamericano, Barack Obama, por primera vez alude a este movimiento que buena parte de la prensa yanqui menospreció o consideró como un puñado de hippies transmilenarios.

“Este movimiento refleja la frustración del pueblo norteamericano, por la peor crisis económica desde la Gran Depresión”, afirmó el jueves en una conferencia de prensa.

Astuto, Obama le da un reconocimiento extraordinario a los Indignados. Mejor tenerlos de aliados que unidos a otro grupo, el Tea Party, la ultraderecha que ha ido cosechando la frustración y la indignación de la clase media norteamericana. La diferencia esencial es que mientras el Tea Party lanza sus consignas contra los intelectuales “liberales” (sinónimo de izquierda en el panorama norteamericano), contra el “socialismo de Obama” (vaya si existen los miedos inducidos) y contra la clase política tradicional, el Ocupa Wall Street ha dirigido su indignación y sus movilizaciones en contra de la élite financiera, la misma que hundió al país en 2008 en una severa crisis después de haberla envuelto en una burbuja consumista e inmobiliaria.

De alguna manera, Obama y el Ocupa Wall Street tienen adversarios en común. La diferencia es que el primero encabeza el sistema político más poderoso del planeta, incapaz de darle viabilidad a la esperanza de millones de norteamericanos que no han salido de la noche oscura de un ciclo neoliberal y belicista que inició con Richard Nixon, llegó a su auge con Ronald Reagan y con los dos Bush, y sólo tuvo una parada para “legitimarse” con Bill Clinton.

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The Bubble y el Estado Palestino

Jenaro Villamil

Observo el discurso de Mahmoud Abbas ante la Asamblea General de la ONU, el júbilo de los habitantes de Ramalá, la táctica escapista de siempre del presidente israelí Benjamin Netanyahu y la negativa de Barak Obama –el único aliado que le queda a la corriente dominante en Israel- para admitir la existencia del Estado palestino y pienso en la extraordinaria película de Eytan Fox, The Bubble, una metáfora íntima, sin lugar para el optimismo.

Los vericuetos de un odio ancestral y de un conflicto geopolítico que ha definido durante más de cinco décadas a Medio Oriente está concentrado en la historia de Noam, un joven soldado israelí que abandona el ejército y vuelve a su departamento en Tel Aviv, donde vive con Lulú y Yelli, dos desparpajados amigos que no han padecido la guerra en el frente de batalla.

A ese departamento llega un joven palestino. Contra todos los pronósticos, él y Noam se enamoran. Inician una relación con todos los tintes de la tragedia shakespeariana Romeo y Julieta. Para enfrentar el racismo tremendo que predomina en el mundo gay y “normal” de los isrealíes contra los palestinos y también para evadir la asfixia del entorno familiar, patriarcal y asfixiante, del mundo árabe, ambos personajes deciden construir una “burbuja”.

Las fronteras reales y simbólicas se desafían en esta burbuja. Es el aislamiento y el temor ante desafíos mucho más poderosos que la coexistencia de dos naciones en un territorio milenario, cuna de las tres grandes religiones monoteístas. Es el desafío a las propias culpas, a la sexualidad doblemente disidente: gay e interracial, en un contexto donde predomina el odio.

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La Tragedia de Monterrey Concentra la Atención de los Medios Internacionales

El Zappo

El Casino Royale un día después. Foto: Univisión. Fuente: http://noticias.univision.com/

En los principales diarios, cadenas televisivas y agencias internacionales de información los enfrentamientos en Libia y la hambruna en Somalia fueron desplazados por el “atentado terrorista” en el Casino Royale de Monterrey como la noticia principal, junto con el decreto de tres días de luto nacional del presidente Felipe Calderón y las declaraciones del mandatario norteamericano Barak Obama.

“El narcoterrorismo acecha a México”, se titula la nota de la cadena de televisión hispana Univisión, la más grande de Estados Unidos, mientras que CNN destacó que Calderón declaró “luto nacional” y la BBC de Londres resaltó que hasta hace unos cinco años Monterrey, tercera ciudad del país, era una de las más seguras hasta que se intensificó la guerra contra el narcotráfico.

El periódico español El País divulgó el relato de “los minutos más largos en la historia de Monterrey” y advirtió que “el más reciente episodio de la ola de violencia ha desafiado la capacidad de asombro de sus habitantes”. “Se trata del peor ataque contra la población civil en la historia reciente de México”, advirtió en otra nota informativa.

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Si esta es una victoria de EU, ¿sus fuerzas deben irse a casa?

Entonces ¿por qué seguimos en Afganistán? ¿No se supone que estadunidenses y británicos llegaron ahí en 2001 para combatir a Osama Bin Laden? ¿No lo mataron el pasado lunes?

Hubo un doloroso simbolismo en los ataques aéreos de la OTAN de este martes: apenas 24 horas después de la muerte de Bin Laden, se produjo una agresión que mató de paso a un número no determinado de guardias de seguridad afganos.

La verdad es que desde hace mucho perdimos nuestro mausoleo en el cementerio de los imperios, al convertir la cacería del hoy irrelevante inventor de una yihad global en una guerra contra decenas de miles de insurgentes talibán a quienes poco les importa Al Qaeda, pero que con mucho entusiasmo quieren sacar de su país a los ejércitos occidentales.

Las cándidas esperanzas del presidente afgano, Hamid Karzai, y de la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, en el sentido de que ahora, tras la muerte de Bin Laden, el talibán se convertirá en un grupo de apacibles demócratas que obedecerán dócilmente al gobierno corrupto y pro occidental afgano nos demuestra lo poco que estas personalidades entienden de la sangrienta realidad del país. Algunos miembros del talibán admiraban a Bin Laden, pero no lo querían, y él no participó en su campaña contra la OTAN. El mulá Omar, quien está en Afganistán, es más peligroso que Bin Laden para Occidente y nadie lo ha matado.

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Un guerrero superado por la historia

La Jornada

Robert Fisk

El FBI anunció ayer en su página de Internet que el líder de Al Qaeda está muerto. Foto: Reuters. Imagen: jornada.unam.mx

Un don nadie de mediana edad, un fracasado político, rebasado por la historia –por los millones de árabes que exigen libertad y democracia en Medio Oriente–, murió en Pakistán este domingo. Y el mundo enloqueció. No bien había salido de presentarnos una copia de su certificado de nacimiento, el presidente estadunidense apareció en medio de la noche para ofrecernos en vivo un certificado de la muerte de Osama Bin Laden, abatido en una ciudad bautizada en honor de un mayor del ejército del viejo imperio británico. Un solo tiro en la cabeza, nos dicen. Pero ¿y el vuelo secreto del cuerpo a Afganistán, y el igualmente secreto sepelio en el mar?

La extraña forma en que se deshicieron del cuerpo –nada de santuarios, por favor– fue casi tan grotesca como el hombre y su perversa organización.

Los estadunidenses estaban ebrios de alegría. David Cameron lo llamó “un enorme paso adelante”. India lo describió como “un hito victorioso”. “Un triunfo resonante”, alardeó el primer ministro israelí Netanyahu. Pero, luego de 3 mil estadunidenses asesinados el 9/11, incontables más en Medio Oriente, hasta medio millón de víctimas mortales en Irak y Afganistán y 10 años empeñados en la búsqueda de Bin Laden, oremos por no tener más “triunfos resonantes”.

¿Ataques en represalia? Tal vez ocurran, de los grupúsculos en Occidente que no tienen contacto directo con Al Qaeda. A no dudarlo, alguien sueña ya con una “brigada del mártir Osama Bin Laden”. Tal vez en Afganistán, entre los talibanes. Pero las revoluciones de masas de los cuatro meses pasados en el mundo árabe significan que Al Qaeda ya estaba políticamente muerta. Bin Laden dijo al mundo –de hecho me lo dijo en persona– que quería destruir los regímenes pro occidentales en el mundo árabe, las dictaduras de los Mubaraks y los Ben Alís. Quería crear un nuevo califato islámico. Pero en estos meses pasados, millones de árabes musulmanes se levantaron, dispuestos al martirio, pero no por el islam, sino por democracia y libertad. Bin Laden no echó a los tiranos: fue la gente. Y la gente no quería un califa.

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