Jenaro Villamil
Los cinco ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación coincidieron en el punto fundamental del proyecto de sentencia elaborado por el ministro Arturo Zaldívar: hubo una “recreación ajena a la realidad” –un reality judicial en términos mediáticos- en la detención de la ciudadana francesa Florence Cassez.
La parte central del proyecto del ministro Arturo Zaldívar definió así el montaje:
“Florence Cassez fue expuesta repetidamente y en profundidad a un espectáculo que resulta inadmisible en un sistema democrático de derechos y libertades. Nadie que hubiese visto la televisión ese día (9 de diciembre de 2005) y durante los meses siguientes, podría negar que tal espectáculo fue, para los miles y miles de ciudadanos que lo vieron y lo oyeron, el auténtico juicio de Cassez. Cualquier proceso judicial realizado después, en la que víctimas y testigos fueron expuestos tan a fondo a este montaje, no podría ser más que una mera formalidad”.
Para el ministro Zaldívar este espectáculo tuvo un efecto corruptor sobre el proceso:
“El hecho de que las autoridades orquestaran un montaje mediático generó un efecto corruptor de todo el proceso porque, además de que la sociedad entera fue sugestionada, también lo fueron las personas involucradas en el proceso, viciándose la fiabilidad de sus declaraciones.
“Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el efecto corruptor imbuyó en todo el proceso penal, sobre todo en el material probatorio incriminatorio, el cual es base de todo el proceso penal y que en este caso se tradujo, esencialmente, en el testimonio de personas que fueron parte de la escenificación ajena a la realidad y que pudieron verse influenciadas por aquella”.