Por Jenaro Villamil
Ante la cúpula empresarial de inversionistas españoles en México, el presidente electo Enrique Peña Nieto se comprometió a “impulsar una reforma de carácter energético”, pero rechazó que su gobierno busque la privatización de Pemex, a pesar de las reiteradas y contradictorias declaraciones de su equipo más cercano.
“Nunca he señalado que esté postulando la privatización de esta gran empresa nacional; por el contrario, he señalado que México y el Estado mexicano deben mantener la propiedad y rectoría sobre la administración de los hidrocarburos del país”, sentenció Peña Nieto.
El tema energético ocupó más de la tercera parte de su exposición frente a empresarios como Valentin Diez Morodo, Francisco González de BBVA, César Alierta, de Telefónica, Miguel Fluzá Rosello, de Iberostar, Pablo Isla Alvarez, de Inditex, y Plácido Arango, de Grupo Vips.
Peña Nieto fue más explícito en este tema que durante su reciente viaje a Chile, donde también ofreció la apertura de las inversiones privadas en Pemex en las áreas de exploración, explotación y refinación, actividades sustantivas que hoy realiza la paraestatal más importante del país.