Javier Corral
Dos decisiones de gran relevancia vinculadas a la radiodifusión y las telecomunicaciones, que centralmente atraviesan el futuro de la competencia económica en ambos sectores y que según el sentido de su resolución comprometerían gravemente las libertades de expresión e información, se procesaron a puerta cerrada en los órganos de autoridad que tienen a su cargo la decisión. Tanto la Comisión Federal de Competencia, como la Comisión Federal de Telecomunicaciones, integradas ambas por cinco comisionados cada una, deliberaron, si es que lo hicieron, en total privacidad; como si los asuntos a su consideración fueran privados y no públicos. Es increíble, pero el país no sabe todavía exactamente lo que pasó en esas sesiones.
En el primer caso la Cofeco se reunió en privado para resolver si autorizaba o no la fusión de la empresa Televisa, propiedad de Emilio Azcárraga, con la empresa Iusacell, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, concesionario a la vez de Tv Azteca. Se sabe que se llevó la sesión y que el asunto fue resuelto, no se sabe en qué sentido y con qué votación, aunque el periódico El Universal ha especulado con la versión de que fue rechazada.
Como decía mi abuelita Elisa, “Dios lo quiera”.
Jenaro, yo no quiero que desaparezcan estas empresas, por lo que significan como fuentes de trabajo, pero tampoco estoy de acuerdo con la preferencia y desfachatez con que las tratan, ese tal Mony, pues ya ni la friega con ese nombrecito, ya tan solo con éso ya le quitaron todo lo bueno que de presentación prodría tener en este país, ya me imagino cómo a de haber sufrido en la escuela, se lo debió de haber cambiado y ahora demostrarnos que sí puede y tiene los tamaños para hacer su trabajo. Que también puede ser que lo hayan puesto ahí para éso, para que no haga nada el moni, o se haga como tío lolo, al fin que de pagarle si lo han de estar haciendo y muy bien, al finy al cabo que es de nuestros impuestos.