Jenaro Villamil
Julian Assange, cabeza del equipo de Wikileaks, decidió poner fin a la alianza que sostuvo con los grandes medios impresos de Europa y Estados Unidos –The Guardian, The New York Times, Der Spiegel, Le Monde y El País- para liberar a partir del 1 de septiembre un total de 35 mil cables diplomáticos sobre Libia, Cuba, Siria, China, Israel, México y otros países, generando así una segunda fase del famoso Cablegate que se convirtió en un tsunami informativo para buena parte del mundo occidental.
Assange le declaró a La Jornada –periódico mexicano que se incorporó a esta alianza- que “no se puede confiar en que la prensa corporativa anglo-europea informe acerca de los intereses de América Latina”.
El artíficie de esta red que ha divulgado cables secretos del Pentágono y del Departamento de Estado confía en que sean los propios usuarios de redes sociales y lectores quienes ingresen al contenido mismo. Lo llamó “una campaña masiva de periodistas ciudadanos”, a través de su cuenta de Twitter.