Jenaro Villamil
Fueron 90 minutos de discurso, de los cuales, casi la mitad, 40, el presidente Felipe Calderón se dedicó a justificar y a explicar su persistencia en la política militarista y policiaca en contra del crimen organizado. Primero fueron los 35 minutos de su mensaje inicial y después, casi al cierre, lanzó una frase que bien puede constituir un epitafio involuntario de su sexenio: “la noche más oscura es la que precede a un nuevo amanecer”.
Precedido de la campaña más costosa en spots, infomerciales y entrevistas sin noticia en las dos principales cadenas televisivas, el V Informe de Gobierno de Calderón quedó también marcado por la reciente tragedia del Casino Royale en Monterrey y así lo dejó sentir el primer mandatario.
Esta tragedia la enmarcó en “una de las luchas más cruentas”, realizada entre el Cártel del Golfo y el Cártel de los Zetas, antes aliados en el noreste del país en contra del Cártel de Sinaloa, según explicó el propio Calderón. Pidió un minuto de silencio para estas víctimas y paso seguido anunció la única novedad de su mensaje: la creación de una Procuraduría Social a las Víctimas de la Violencia.