La Elección de la Dirigencia del PRD en la Prensa, la Izquierda Está en Otra Parte

Jenaro Villamil

Dolores Padierna y Jesús Zambrano celebran su designación como dirigentes del PRD (Cuartoscuro). Imagen: http://mexico.cnn.com/

La anunciada ruptura o divorcio en el seno del Partido de la Revolución Democrática finalmente no se dio y, fieles a su historia reciente, los principales grupos que tienen el control de la estructura del principal partido de izquierda mexicano decidieron optar por un matrimonio forzoso entre las dos corrientes antagónicas: los Chuchos o la Nueva Izquierda, y el G-8 o Los Bejaranos. En medio de ellos, como bisagra, se configuró un tercer grupo encabezado y apoyado por el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.

La dirección finalmente se distribuyó entre Jesús Zambrano, ex militante de la izquierda guerrillera en los setentas que se transformó en el segundo líder de Nueva Izquierda, y Dolores Padierna, militante de la izquierda social en el Distrito Federal, esposa de René Bejarano y ex delegada de la colonia Cuauhtémoc. El tercer candidato, Armando Ríos Pitter, diputado federal, guerrerense y recién militante del PRD, se quedó en tercer lugar tras una negociación que lo puede convertir en el coordinador de los legisladores del PRD, en lugar de Alejandro Encinas.

La reunión del Consejo Nacional del PRD que definió la fórmula de la presidencia y la secretaría general para los siguientes dos años se prolongó durante todo el domingo 20 de marzo, el mismo día que Andrés Manuel López Obrador, el principal dirigente de masas surgido del PRD presentó en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México su proyecto alterno de nación.

La simultaneidad de los eventos no fue casual. Así lo reflejaron periódicos, como La Jornada, más cercanos a la línea de López Obrador. Su nota principal fue el evento del ex candidato presidencial del 2006 con el encabezado: “Sólo un gobierno del pueblo frenará la decadencia: AMLO” y una editorial que no deja ambigüedades: “Izquierda sin partido y partido sin rumbo”.

La síntesis que realiza La Jornada de ambos eventos es clara en el siguiente párrafo:

“Si se atiende a los contrastes observados en ambas reuniones, las diferencias parecen difícilmente reconciliables: mientras en el encuentro perredista los liderazgos de las distintas corrientes del sol azteca dejaron de lado discusiones de índole ideológica y programática, en el encuentro lopezobradorista se presenció justamente lo contrario: la presentación de un proyecto de país, las formulaciones ideológicas y un programa de acción y de gobierno claramente definidos”.

No sólo eso. López Obrador reiteró que irá como candidato presidencial de las fuerzas de izquierda (no mencionó en ningún momento la situación interna del PRD) para el 2012. Y para los entendidos: Marcelo Ebrard operó desde la sombra para convertirse en el mediador al interior del PRD, aunque jugó a perder con un candidato que demostró el ascenso de una corriente interna cercana al jefe de Gobierno capitalino.

El verdadero “encontronazo” no se dio. Aquél que se prefiguraba entre López Obrador y Ebrard. A cambio, ambos polos optaron por una solución pragmática y táctica: acordaron que para las elecciones del 2012 no irán en alianza con el PAN. Dejan abierta la posibilidad de armar una alianza en el Estado de México, una semana antes de que el 27 de marzo se realice la consulta en los territorios de Peña Nieto.

Reforma, el periódico en la línea editorial contraria al de La Jornada, presentó como su segunda nota principal el relevo en el PRD, acompañada de una fotografía de López Obrador durante su discurso en el Auditorio Nacional. El encabezado de Reforma sintetizó así lo sucedido: “Se reparten el PRD Chuchos y Bejaranos”.

En su columna editorial “Templo Mayor”, Reforma afirma que “hubo un acuerdo al interior del primer círculo lopezobradorista para no hacerle ni un guiño al Partido de la Revolución Democrática. Y todo porque, según dicen, AMLO y los suyos están convencidos de que quede quien quede al frente del PRD, la línea política –con la que no están de acuerdo- será la misma”.

El Universal cabeceó así su nota principal, referente al relevo del PRD: “Dirigirán Zambrano y Padierna al PRD”, y en su comentario editorial, en la sección “Bajo Reserva”, afirma que “Marcelo Ebrard se constituyó como el gran elector en un nuevamente accidentado proceso para elegir dirigentes en el PRD. Lo vivido este fin de semana parece apuntar a una recomposición de fuerzas en el interior del partido del sol azteca, con rumbo al proceso de 2012. Es muy probable que en el camino algunos antiguos aliados de Ebrard, e incluso de Andrés Manuel López Obrador en el DF, acaben siendo relegados y figuren entre los cadáveres que arrojará la batalla final por la candidatura presidencial”.

Sin decirlo explícitamente, La Jornada, Reforma y El Universal coinciden en un punto fundamental en su cobertura sobre el relevo de la dirigencia nacional del PRD: las tres principales figuras y liderazgos surgidos de esta organización estuvieron ausentes (y presentes a través de sus operadores) en el cónclave del Consejo Nacional. Cuauhtémoc Cárdenas (fundador y tres veces candidato presidencial), López Obrador (ex dirigente nacional y que va por la segunda candidatura presidencial) y Marcelo Ebrard (el gobernante de la ciudad más importante del país y precandidato para el 2012) no estuvieron presentes en el cónclave.

Milenio Diario publica una foto victoriosa de Jesús Zambrano, con las manos alzadas, acompañado del senador Graco Ramírez, con la siguiente cabeza: “PRD: Zambrano, el líder; Padierna, secretaria general”. Nuevo Excélsior publica también como nota principal:  “Pactan dirigencia; Zambrano es el líder” y publica una foto donde se ven al nuevo presidente y a la futura secretaria general.

En ambos rotativos, la segunda nota en importancia sobre el PRD y la izquierda mexicana fue el discurso de López Obrador en el Auditorio Nacional.

Queda clara en la cobertura de los periódicos capitalinos más importantes que:

a)    Este relevo fue mucho más un pacto que una confrontación. En comparación con la llegada de Jesús Ortega a la dirigencia nacional –que fue resuelta por el tribunal electoral federal y no por los consejeros-, el ascenso de Zambrano y de Padierna sintetiza las dos tensiones fundamentales en el PRD. Un pacto tan endeble que puede romperse a la menor falta de operación política.

b)    El ex contendiente de Jesús Ortega, Alejandro Encinas, se convirtió en el único punto de confluencia: todas las corrientes apoyaron su candidatura a la gubernatura del Estado de México, aunque con matices importantes. Los Chuchos apoyan aún la alianza y la consulta en esta entidad, quizá porque de eso dependen los arreglos para las otras elecciones estatales en juego (especialmente, Nayarit y Michoacán). El G-8 y Los Bejaranos no apoyan la alianza, pero se quedan en la segunda posición en importancia dentro del partido, algo que confirma que aún el lopezobradorismo tendrá una presencia fuerte en el PRD.

c)    Marcelo Ebrard, el operador nato desde la época del salinismo, se erige como el factor de enlace entre ambas corrientes. ¿Se puede ser árbitro y jugador al mismo tiempo? Esa es la pregunta fundamental con miras al 2012. Es probable que Ebrard decida este doble papel para operar una negociación que está en ciernes con López Obrador: el apoyo a la candidatura de éste en el 2012, a cambio de que a Ebrard se le permita definir al candidato o candidata a jefe de Gobierno capitalino en ese mismo año.

d)    El 2012 no es el punto de llegada sino el de partida. Los perredistas operaron un pacto para no ir a la alianza con el PAN en las elecciones presidenciales, a cambio de salvar algunos acuerdos estatales, especialmente en el Estado de México.

e)    La pregunta fundamental es: ¿y dónde están los electores y los militantes perredistas? Al parecer, están en otra parte, con otras agendas y construyendo desde espacios muy distintos al de la dirigencia la malograda transición en el PRD, partido que durante la era de Nueva Izquierda se instaló en un lejano tercer lugar electoral frente al PRI y al PAN.

 

Una respuesta a “La Elección de la Dirigencia del PRD en la Prensa, la Izquierda Está en Otra Parte

  1. Definitivamente: el PRD se aleja cada día más del pueblo, y se abraza cada vez más íntimamente con los cristeros del PAN, enemigos mortales declarados del pueblo. No tiene remedio.
    ¡Ni un voto más por el PRD! Recuerda que votar por el PRD ahora es dar un voto al PAN
    P.D. MEXICO SOLICITA URGENTEMENTE UNA ORGANIZACION DE IZQUIERDA QUE LUCHE CODO A CODO CON LA GENTE, QUE NO SE VENDA COMO TODOS LOS DIRIGENTES DEL PRD ( el cual nuevamente regresa a ser el «PER-DE-RE»)

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